KUKUTZA NO ESTA EN RUINA. SU SISTEMA SI.

argazkia: Marijo Fernandez

Durante las últimas semanas hemos dado mil y una razones por las que Kukutza III gaztetxea se debe mantener donde está y como está. Hemos propuesto vías de sobra para que las administraciones eviten el derribo y preserven el proyecto, por que creemos demostrado que es una vital infraestructura del barrio y que hay que defender los intereses públicos sobre los privados.

Hemos demostrado estar dispuestos a hablar con todo el mundo con tal de encontrar una solución real. La única que no ha querido nunca siquiera contestar los diferentes burofaxes y llamadas ha sido CABISA.

Somos conscientes de que el edificio tiene un propietario. Un propietario que tiene promociones de viviendas sin vender en Cantabria, Bizkaia y Málaga. Pero también tiene un poseedor legítimo, que es el barrio de Errekalde. Y es el interés de todo un barrio el que va a ser ninguneado para que una empresa que ha especulado durante 17 años con el terreno, derribe el edificio para especular quien sabe cuántos años más y llenarse aún más los bolsillos. Las errekaldetarras y bilbainas no lo van a entender. Como tampoco entienden que desde las insituciones no se pongan límites legales a la avaricia de los especuladores. ¿Os es que sólo se le puede expropiar a los baserritarras, a familias trabajadoras para construir autopistas? Kukutza es un proyecto estratégico para Errekalde, su desarrollo social, económico y cultural. Es un ejemplo de gestión y política participativa.

Tenemos que añadir a todo esto, que el ayuntamiento de Bilbao se ha ahorrado durante 13 años, millones de euros gracias a Kukutza. Se los ha ahorrado en espectáculos, en talleres, en locales para jóvenes y mayores, en servicios sociales, en limpieza, en deporte, en seguridad, en equipamientos. Pero nosotras no queremos dinero, lo hacemos “muxutruk”. Sólo queremos respeto a lo que hemos construido y voluntad política para mantenerlo.

Por todo esto y más, la asamblea de Kukutza se hace responsable, como los últimos 13 años, del mantenimiento del edificio, así como de las actividades que se realizan y realizarán, ya que tanto la estructura se encuentra en perfecto estado como las instalaciones están adecuadas a la actividad. También estamos dispuestas a llegar a un acuerdo con el ayuntamiento, Diputación, Gobierno Vasco y Cabisa, siempre y cuando el proyecto se mantenga donde está y como está.